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LA LECTIO DIVINA

Por: Michael Espinoza Coila1

I. Definición: La lectio divina, es la lectura de la palabra de Dios, que nos conduce a la oración, a la contemplación. (Cf. Gargano 1992:5,11)

La sagradas escrituras es un organismo vivo, una persona viva: Jesús. Todo esto conlleva a una consecuencia muy sencilla: Todos los demás libros no pueden ser colocados a la par con el libro de las Sagradas Escrituras. (Cf. Gargano 1992:5,7,12)

Nada puede ser aumentado o quitado a las Sagradas Escrituras. Esto significa que el Señor no habla a través de esas palabras y no fuera de ellas; la más mínima expresión de la Sagrada Escritura poseía un misterio, un mensaje de Dios para los humanos. (Cf. Gargano 1992:10)

II. Presupuestos:

2.1. Fe: Creer que la biblia es inspirada por Dios; que el Espíritu Santo habla a través de las Escrituras. (Cf. Gargano 1992:12)

2.2. Unidad de los dos testamentos: El mismo Espíritu que ha inspirado y está contenido en el Nuevo Testamento ha inspirado y está contenido en el Antiguo Testamento.(Cf. Gargano 1992:13)

III. Criterios:

3.1. Criterio de discernimiento: Se debe leer a la luz del misterio de la muerte y resurrección de Jesús, para superar los obstáculos, la parcialidades, las deficiencias, las connotaciones ligadas al contexto cultural propio del Antiguo o del Nuevo Testamento. (Cf. Gargano 1992:15).

3.2. Criterio de la comunión: El libro de las Sagradas Escrituras no es un descubrimiento individualista. La Escritura se lee, pues, en la comunidad, en la Iglesia. Nosotros – dice San Pablo- somos miembros de único cuerpo y tenemos todos una sola cabeza que es Cristo el Señor. (Cf. Gargano 1992:17-18)

3.4. Criterio de la conversión continua: Consiste en estar dispuesto a cuestionarse a sí mismo, sus propias seguridades, sus propias riquezas, el libro permanece cerrado aunque materialmente esté abierto delante de nosotros. Es necesario vaciar el corazón para que la palabra de Dios pueda llenarlo con su riqueza.(Cf. Gargano 1992:19)

IV. El don del Espíritu Santo: El sentido propio de las Sagradas Escrituras, es un secreto que sólo el Espíritu Santo conoce y lo revela a quien quiere y cuando quiere; es necesario pedir, pedir con insistencia el don del Espíritu y pedirlo en nombre de Jesús.(Cf. Gargano 1992:20)

V. Armonía: Para penetrar en el sentido profundo de la Escrituras, tenemos necesidad de la oración, y está será escuchada por el Padre celestial en la medida en que parte de la armonía vivida en la comunidad y es presentado en nombre del Señor.(Cf. Gargano 1992:21)

VI. Pasos:

6.1. La lectio: Consiste en comprender el sentido literal de las Sagradas palabras. (Cf. Gargano 1992:23). El texto respetado en su sentido literal, posee una gama infinita de significados.(Cf. Gargano 1992:39). De este modo respondemos a la pregunta ¿Que dice el texto?.

a) Requisitos:

i. Deseo de oración: Deseo de llegar a una oración profunda mediante el contacto directo con las Sagradas escrituras,(Cf. Gargano 1992:31).

ii. Intuición espiritual: Se requiere la familiaridad con las Sagradas Escrituras y una participación habitual en el camino litúrgico sacramental de la Iglesia para encontrar estructuras, par ello es necesario leer y leer estando convencidos de que la Biblia, es la cosa más importante.. (Cf. Gargano 1992:36).

iii. Humildad: Obedecer la palabra de Dios.(Cf. Gargano 1992:24).

iv. Fidelidad: Perseguir el significado literal de la palabra de Dios.(Cf. Gargano 1992:24)

vi. Aprender de memoria, leer atentamente, transcribir: Modos sencillos de iniciar el camino de la lectio divina.(Cf. Gargano 1992:24)

vii. Catarsis: Es necesario que el corazón sea purificado para que los ojos de la mente permanezcan atentos a la palabra.(Cf. Gargano 1992:25)

b) Criterios elementales de comprensión de un texto:

i. Análisis gramatical: Atención a los vocablos (palabras), verbos, sustantivos, adverbios, sustantivos, etc. Se debe buscar el verbo, que parte del hilo que unifica los demás hilos del tejido (texto). (Cf. Gargano 1992:26,27)

ii. Análisis lógico: Descubrir racionalidad (sustantivo como sujeto u objeto), la consecuencialidad (la relación consecuencial en la proposición).(Cf. Gargano 1992:27)

iii. Análisis del periodo: Descubrir la afirmación principal, luego las coordinadas, subordinadas, y ciertas frases accidentales. Determinar la proposición principal. Nos detenemos sobre el verbo, procurando comprendelo bien, con paciencia y repetidas veces, a fin de ubicar la raiz y descubrir las múltiples indicaciones de sentido que se desprenden de la misma. (Cf. Gargano 1992:28)

La Biblia comprende numerosas y múltiples construcciones literarias de un texto. La estructura de un fragmento puede ser diferente a la del otro inmediatamente cercano. (Cf. Gargano 1992:30).

6.2. La meditatio: Consiste en conservar y confrontar la palabra en el corazón, ello significa que el cristiano debe asumir una actitud profunda de meditación.(Cf. Gargano 1992:40). De este modo respondemos a la pregunta ¿Que dice Dios o Jesús?.

Fases:

a) Martilleo de la palabra clave de la proposición principal: Esto nos permite iluminarnos con un recuerdo de un pasaje o un personaje, el cual debemos recolectar.(Cf. Gargano 1992:42).

b) Meletan o ruminatio: Custodiar o vigilar cuidadosamente la palabra, a fin de cultivarla y obtener un fruto. Ello requiere la máxima confianza en las palabras.(Cf. Gargano 1992:44).

c) Confrontación: Se trata de un discernimiento, una aclaración recíproca entre las palabras que hemos recogido y nosotros mismos somos los que las custodiamos y observamos. Durante la confrontación brilla la luz, que es aquella palabra que ha llegado a ser en nosotros un fuego devorador. (Cf. Gargano 1992:45,46).

6.3. La oratio: Es el fruto de la confrontación con la palabra, asume formas diferentes según la necesidad que cada uno encuentra dentro de sí (alabanza, petición, agradecimiento, etc). (Cf. Gargano 1992:47-51).De este modo respondemos a la pregunta ¿Que le respondo a Dios o Jesús?.

6.4. La contemplatio: Es la síntesis de lo divino y de lo humano, somos poseídos plenamente por la palabra de Dos.(Cf. Gargano 1992:54-57). De este modo respondemos a la pregunta ¿A qué conversión o a agradecimiento me invita Dios o Jesús?.

Referencia bibliográfica:

Gargano, Guido-Innocenzo (1992) La lectio divina. Colombia. Ediciones Paulinas.

1Catequista de la Parroquia San Antonio de Padua – Puno, Perú. <micnous@gmail.com>

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