Historia y Evolución de la regla de la OFS
La Orden ha tenido cinco Reglas desde que fue fundada; los cambios y reformas se han debido al afán de la Iglesia por adaptarlas a los diversos tiempos y necesidades, así como a la mentalidad de los hombres de cada época; estas cinco Reglas han sido:
1- Regla de la Fraternidad de Penitentes. (año 1215)
2- Regla o Memorial del Propósito de los Hermanos y Hermanas de penitencia. (año 1221)
3- Regla aprobada por el Papa Nicolás IV, en la Bula «Supra Monten».(año 1289)
4- Regla aprobada por el Papa León XIII, en la Constitución Apostólica «Misericors Dei Filius» (año 1883)
5- Regla aprobada por el Papa Pablo VI, en el Breve Apostólico «Seraphicus Patriarcha» (año 1978)
http://tradicionfranciscana.blogspot.com/2018/01/breve-historia-de-la-ofs-y-sus-reglas.html
El 24 de junio de 1978, la Santa Sede, a través de la carta apostólica Seraphicus Patriarcha, aprobó la Regla renovada de la Orden Franciscana Seglar. Fue el Papa Pablo VI, recientemente canonizado y que en su juventud fue un postulante terciario franciscano, quien hizo este regalo a la Familia Franciscana, unas semanas antes de su muerte.
https://ciofs.info/wp-content/uploads/2020/03/ES_Carta_de_los_Ministros_Generales_a_la_OFS_y_a_la_JuFra_40_aniversario_OFS.pdf
Principios clave de la Regla: oración, penitencia, fraternidad y misión
Como Jesucristo fue el verdadero adorador del Padre, del mismo modo los Franciscanos seglares hagan de la oración y de la contemplación el alma del propio ser y del propio obrar (14).
7. Como «hermanos y hermanas de penitencia» (11), en fuerza de su vocación, impulsados por la dinámica del Evangelio, conformen su modo de pensar y de obrar al de Cristo, mediante un radical cambio interior, que el mismo Evangelio denomina con el nombre de «conversión», la cual, debido a la fragilidad humana, debe actualizarse cada día (12).
- Entre las familias espirituales, suscitadas por el Espíritu Santo en la Iglesia (2), la Familia Franciscana comprende a todos aquellos miembros del Pueblo de Dios, laicos, religiosos y sacerdotes, que se sienten llamados al seguimiento de Cristo, tras las huellas de San Francisco de Asís (3).
En maneras y formas diversas, pero en recíproca comunión vital, todos ellos se proponen hacer presente el carisma del común Seráfico Padre, en la vida y en la misión de la Iglesia (4).
https://www.franciscanos.org/docoficial/rfs.htm
Compromiso Laical Franciscano
https://www.secularfranciscansusa.org/wp-content/uploads/2020_OFS-Rule_Sp.pdf
- La naturaleza del compromiso de vida evangélica es ésta:
a) la renovación de la consagración y las promesas Bautismales, y de la
Confirmación. Esto significa: consagración a Dios, en su Pueblo, con todas las
consecuencias que de ello dimanan en relación con la vida de unión con Dios y
la adhesión a su plan salvífico, mediante la consagración que ha de ser vive en
el mundo;
b) la voluntad de vivir el Evangelio siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís;
c) la incorporación a la Orden Franciscana Seglar, que es la unión armónica de
todos los hermanos y hermanas que prometen vivir el Evangelio, siguiendo el
ejemplo de San Francisco de Asís, permaneciendo en su vocación seglar;
d) la voluntad de vivir en el mundo y para el mundo. Bajo este aspecto, la
Profesión quiere ser fermento evangélico y propósito de colaborar en la
construcción de un mundo más fraterno.
Los sacerdotes diocesanos, mediante la Profesión, ratifican los compromisos y
promesas propias y específicas de la vocación presbiteral;
e) la voluntad de vivir el Evangelio durante toda la vida. Esta dimensión es la
expresión de la generosidad, unida a secretos íntimos del corazón y lleva
consigo la aceptación de los riesgos inciertos de las decisiones, inseparables de
cualquier opción humana, temporal o estable;
f) la confianza del candidato, basada en el apoyo de la Regla de la OFS y de la
Fraternidad. En efecto, el candidato se sentirá guiado y ayudado por la Regla
aprobada por la Iglesia, y experimentará el gozo de compartir el camino de la
vida evangélica con muchos hermanos, de los cuales puede recibir, pero a los
cuales debe también dar algo. Incorporado a la Fraternidad local, que es una
célula de la Iglesia, aportará su colaboración en la renovación de toda la Iglesia.