Esta defensa, es la etopeya de un hombre de setenta años, fiel a sus principios, capaz de obedecer la sentencia más injusta e impía del tribunal ateniense; fue difamado al ser retratado como un sofista más de la época, pese a demostrar con su discurso, que la búsqueda de lo universal para el logro de la virtud (justicia), y la capacidad de revelar la ignorancia preguntando, siendo consciente de no saber nada y buscando sabios para después evidenciar, que en los de mayor renombre, nada de lo que dicen es producto del conocimiento y que los inferiores, son intelectualmente mejores; es labor propia de un sabio de sabios nombrado por la pitonisa de Delfos (no hay hombre más sabio,respuesta dada a Querofonte, su amigo del partido democrático), fue motivo para despertar envidias e inquirir su actuar -que no hacen daño a nadie- y presentar a un fenómeno que transforma argumentos débiles en fuertes, negador de dioses, corruptor de jóvenes, cobrador de altos honorarios. Esta figuración dio lugar a mendaces acusaciones de Anito, Lícon y Meleto (principal acusador) basados en escritos de Aristófanes.
Los jueces aceptan las acusaciones calumniosas, a pesar de las evidentes contradicciones de los acusadores y la disertación socrática sin humillaciones, donde este filosófo no se considera un ateo (enseña a reconocer dioses), orador (no usa la retórica), un sabio – declara: en realidad es la divinidad quien sin duda es sabia- , un corruptor (no hay respuesta a la interrogante ¿Quién corrompe y mejora a los jóvenes, Sócrates o los atenienses?) y un rico, pues el mismo manifiesta que el mejor testigo, es su extrema pobreza “No nace la virtud de la fortuna”.
Al final, el fallo del tribunal lo condena a pena de muerte, tras burlarse de una primera votación, donde según él, lo justo es, que debería recibir la manutención en el Pritaneo (edificio del Estado), quizá era lo ideal, empero, la mayor complacencia para el amigo Sócrates fue ganar un viaje a la morada de Hades (mundo de los muertos), para dedicarse a lo más importante: “examinar y sondear a los de allí, para ver cuál de ellos es sabio y cuál cree serlo, pero no lo es”.
Este desenlace, trasunta a un gran valor y manifiesta un esquema mental de corte estoico, y también de motivación para ser fieles a nuestros principios y defenderlos con vehemencia y razón.
Abogado, docente de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno, investigador y catequista.